El glaucoma es una enfermedad ocular progresiva que afecta al nervio óptico y puede causar daño irreversible si no se trata adecuadamente. A menudo se asocia con un aumento de la presión intraocular, pero también puede desarrollarse en personas con presión ocular normal. Por esta razón es importante que los síntomas sea identificados a tiempo.
Síntomas:
Visión borrosa o reducida: La pérdida gradual de la visión periférica es uno de los primeros signos del glaucoma.
Halos alrededor de las luces: Ver halos alrededor de las luces, especialmente por la noche, puede ser un síntoma de glaucoma.
Dolor ocular: El glaucoma agudo puede causar dolor ocular intenso, acompañado de enrojecimiento.
Náuseas y vómitos: En casos de glaucoma agudo, pueden presentarse náuseas y vómitos debido al dolor ocular.
Existen varios factores de riesgo cuando se padece de glaucoma. Uno de ellos es la edad, el riesgo de glaucoma aumenta con el pasar del tiempo, especialmente después de los 40 años. Así mismo, tener familiares con glaucoma aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Diagnóstico y pruebas:
La detección temprana del glaucoma es esencial para evitar el deterioro irreversible de la visión. Un examen inicial de la presión intraocular puede ser clave para identificar posibles anomalías. Además, el oftalmólogo debe realizar un examen detallado del nervio óptico en busca de cualquier signo de daño. Pruebas como la evaluación del campo visual son útiles para detectar pérdida de visión periférica, mientras que la gonioscopia ayuda a determinar el tipo específico de glaucoma presente. Ante la presencia de síntomas o factores de riesgo, es fundamental acudir a un especialista para un examen completo. No subestime la importancia de la detección precoz y el tratamiento oportuno para preservar tu vista y calidad de vida.
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